DE ROL CON IRAIS: SEXO Y MUERTE ¿PROVOCAN PLACER?
Estamos entrando a un mes lleno de misterio, historias de ultratumba y por qué no, buenas pachangas con el pretexto de “Halloween”; y es justo en esas fiestas donde podemos conocer a alguien nuevo y experimentar un momento sexual interesante, pero ¿qué pasaría si les dijera que para algunas personas el sexo no sólo se trata de un momento erótico? el verdadero placer radica en el sufrimiento y la muerte.
En la edad media en la zona de Transilvania (actualmente Polonia) existió una mujer que llevó más allá sus placeres y bajas pasiones al mezclar su obsesión por ser joven con el gusto especial por las “jovencitas”. La condesa de Bathory fue una mujer extraña, en un inicio le provocaba placer untar el cuerpo desnudo de sus sirvientas con miel y dejarlas a la intemperie para que los insectos las picaran, pero eso fue solo el principio. Conforme pasaron los años el terror de envejecer la invadió y un día comenzó a experimentar con la sangre de las chicas que trabajaban en el castillo.
El momento erótico comenzaba al contemplarlas desnudas y ver su sufrimiento, poco a poco las pinchaba y dejaba que la sangre corriera por sus pechos hasta que llegaba el momento en que las colgaba sobre su bañera de tal forma que el liquido cayera sobre ella y así cubriera por completo su cuerpo.
Otra extraña y macabra práctica era la que los aztecas llevaban a cabo para tener el “mejor desempeño” con sus mujeres (esto redactado en el libro “Pecar como dios manda); en ese tiempo, se estilaba que los hombres tuvieran muchas parejas y era lógico que al ser tan promiscuos no tenían la suficiente energía para cumplirle a todas (y todos), por lo que en una especie de ritual comían carne de culebras para incrementar la potencia y la duración (era como su viagra pero a la décima potencia) el punto es la carne de este animal les provocaba más erecciones y eyaculaciones pero corrían un grave riesgo y es que si comían demás al momento de tener el orgasmo su corazón instantáneamente se paraba y morían en el acto. Al final el cuerpo y alma de estos “Don Juanes” era entregados a la diosa Tlazoltéotl guardiana de la vida sexual. Pero como la historia no termina aquí todas aquellas viudas no podían volver a relacionarse con otro hombre más por lo que tenían que recurrir a utilizar los primeros dildos de Mesoamérica, se trataba del bulbo de alcachofa casi del tamaño del pene, la forma de esta flor era tan dura que algunas de ellas morían desangradas al darse placer.
¿Qué tal? Después de haber leído estas historias ¿se aventarían un encuentro en está época de muertos? ¿Estarían dispuestos a dar su alma por “el orgasmo” de la vida? Nos vemos en el próximo Rol.
