Eduardo Talavera: “El humor es un cuchillo que si lo agarras mal, te corta la mano”

Por Arturo J. Flores

@ArturoElEditor

¿Es complicado hacer reír a un país que está tan enojado como México?

No estamos enojados, sino cansados. Por eso, hacer reír a México es bastante sencillo. Resulta mucho más fácil hacer reír a alguien que está enojado que a alguien que está feliz. Por eso dicen que el stand up no funciona tanto en los lugares con playa, ¿cómo va a divertir a alguien que ya está tan divertido? (Risas)

¿Cuándo descubriste que te gustaba hacer reír a la gente?

Veo stand up comedy desde los 11 años, me encanta. Disfruto de los antiguos y a los alternativos. Para mí, dedicarme a esto se trató de qué tanto me gustaba hacerne notar. Hay quienes se hacen notar a través de la violencia o haciendo gala del dinero. Para mí fue la comedia. Porque soy una persona de ideas muy claras y el stand up se trata fundamentalmente de tener ganas de decir algo. Puede ser algo muy personal, algo político o una cuestión de observación social. A mí siempre me ha gustado comunicar algo, que las personas se rían conmigo. Y con el humor he encontrado un vehículo muy efectivo.

México, sin embargo, parece tener la piel muy delgada. Nos reímos de los demás pero no permitimos que se metan con nosotros.

El humor es un cuchillo que si lo agarras mal, te corta la mano. Pero si encuentras cómo contar, esa piel se vuelve menos delgada. Estoy convencido que si un chiste es bueno, te puedes salir con la tuya. Pero sí, en México somos muy “doblemoralinos”. Puedo mentarte la madre, mientras tú no te metas con mi jefecita. Nos burlarmos de los alemanes porque son nazis, de los españoles porque son mensos o de los gringos porque son imperialistas, pero si me dicen sombrerudo me enchilo. Se nos olvida que el humor es sólo eso: humor. Una forma de evidenciar la realidad obteniendo una risa a través de ello. Los estereotipos existen porque son reales, no se sostienen en el vacío. Y cuando trascendemos ese bloqueo en el que todo tiene que ser políticamente correcto, te da risa. En mi show yo me salgo con la mía porque soy totalmente cínico.

¿Esa corrección política ha matado poco a poco nuestro sentido del humor? Cada vez son menos las cosas que se “pueden” decir…

Creo que es una cuestión de derechos y cultura. Ser políticamente correcto te sitúa del lado más seguro de la tendencia. Pero la corrección es más gris de lo que se piensa. Por ejemplo, hacer un chiste de la comunidad gay es discriminatorio. Pero no hacerlo, desde mi punto de vista también lo es, porque es asumir que ellos son especiales. Los dejas fuera de la masa social. También lo es hablar de los mujeres en términos de equidad, porque la equidad se ha vuelto una especie de venganza. Esto que estoy diciendo es incorrecto en sí mismo, te garantizo que habrá quien que soy un misógino después de leerlo. El otro día en el Metrobús subí algo a redes sociales sólo por hacer humor. Había un letrero que decía “Porque estamos a favor de la equidad”. Puse comentario: “y esto, en el vagón exclusivo de las mujeres”. Me llegaron muchos mensajes de “eres un misógino”. A ver, no dejo de reconocer el problema que experimentan las mujeres, que no es nuevo sino es milenario, pero creo que deberíamos buscar el respeto hacia todos los seres humanos en general. Estuvo muy mal el caso de la reportera a la que bajaron los calzones en la Condesa, eso no es arte. Pero estuvo mal porque se lo hicieron a un ser humano. ¿Viste lo de la marcha de las mujeres? Algunos hombres acudieron a apoyar la causa, ¡pero los sacaron a cartonazos porque eran hombres! ¿Entonces cuál es la propuesta de equidad? Por eso, cuando se cuenta un chiste debería de tomarse en cuenta lo que se dice, sí, pero también dónde se dice y por qué se dice. Depende del contexto.

Tus rutinas tienen que ver mucho con el comportamiento humano, ¿hay algo de científico social en la observación de un standopero?

Sí. Hace poco vi una plática en Facebook entre gente que quiere ser standopera y otros que ya son, preguntando: “¿qué cosas hacemos los mexicanos y son consideradas sucias?”. Daban ganas de decir: “¡haz tu chamba! ¡usa tu poder de observación!”. Tienes que encontrar lo que quieres decir, porque esa búsqueda random de preguntar “¿de qué les parece cagado?”, desvirtúa el stand up. Tengo amigos que sí son auténticos maestros de la observación como Gus Proal, Juan Carlos Escalante, Carlos Ballarta o Roberto Flores. Tenemos que sentarnos a escribir con lo que hay en el cerebro, con lo que viste después de pasar un día en el Centro Comercial o en la oficina. Eso es lo que convierte esto en un arte.

Finalmente, ¿has contado un bien chiste en un mal momento?

Siempre. Tengo ese tino espantoso. Llego a una mesa y pregunto: “¿por qué no vamos a comernos unas tortas de ceniza de muerto?” y me dicen: “güey, a mi papá lo acaban de cremar”.

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