JOAQUÍN PAVÍA “WAKKS!”: “SIEMPRE QUISE SER UN ROCKSTAR”
Es manager de Mon Laferte, Carla Morrison, Enjambre y otros artistas de moda. Aunque ya no trabaja con algunos, no se explicaría su popularidad sin su presencia. Él se define como un geek con 30 años recién cumplidos y un fanático de la ciencia ficción. Hasta un Stroke lo buscó para pedirle su ayuda.
Por JAVIER VILLANUEVA @TERRIBLE_FJ Fotografía de NANCY GRANADOS @NANMORADA
¿Cuándo se te metió en la cabeza la idea de ser manager?
Empecé a trabajar en la música a la edad de 14 años. Inicié como fan de las bandas. Muchas veces no me dejaban entrar a los lugares donde se presentaban, ya que era menor, pero los músicos me conocían y yo quería darlos a conocer y escribir entrevistas para los medios de comunicación, pero también las revistas me bateaban. Así que decidí que, con internet como herramienta, podría hacerlo yo mismo y fue así como nació la revista Tortilla.
¿Quiénes fueron los primeros a los que manejaste?
Una banda llamada Pilot Country. Luego conocí a Enjambre un día en El Pasagüero, cuando le abrió a San Pascualito Rey. Me gustaron mucho. Para su siguiente visita a la ciudad les conseguí shows y algunas notas de prensa. Cuando me di cuenta, ya era su manager.
¿Ahora ya trabajan con una estrategia?
Cada banda tiene una, aunque sí hay un común denominador: Soy fan de todas las bandas con las que trabajo.
Te has convertido en una especie de Rey Midas del Rock. ¿Te buscan mucho pensando que tienes la fórmula del éxito?
A diario recibo propuestas. Han llegado bandas ofreciéndome mucho dinero y las he tenido que rechazar, porque ésa no es mi estrategia. No lo hago por dinero, ¡No podría vender algo que yo mismo no compraría!
¿Todo es miel sobre hojuelas?
Muchos creen que este trabajo es fácil, pero no. Ser manager es sumamente difícil. Han entrado personas a la empresa que se han robado mi base de datos, luego ponen sus agencias y a los seis meses renuncian.
¿Cuál es el secreto para que un artista llegue al estrellato?
No pensar en el estrellato. El secreto es trabajar, tener buenas canciones y tomárselo de manera profesional. Hay bandas, por ejemplo, a las que no les importan sus redes sociales, tienen una presentación cada seis meses y nunca ensayan. De esa forma nunca va a suceder nada. Hay que tener paciencia, entender a la industria y, sobre todo, no culpar al entorno, porque todo es consecuencia del trabajo.
¿Qué le ves a un artista?
Que me guste. Un ejemplo fue la banda venezolana Okills. Ya estábamos llenos, no íbamos a firmar a nadie más, pero iba escuchando Reactor y contestando mil e-mails, cuando comenzó a sonar su canción “Tiempo”. ¡Robó completamente mi atención! Estaba concentrado en mi teléfono y cuando empezó a sonar, lo dejé de lado. Indagué quiénes eran, escuché todo su disco y en cuanto terminó, me puse en contacto con ellos. Eso fue un viernes y el miércoles siguiente habíamos firmado.
Enjambre fue uno de tus proyectos más grandes, ¿fue sencillo dejarlos ir?
En noviembre de hace un año terminamos nuestro contrato. Son como mis hermanos, viví a su lado toda una década. Me enseñaron mucho porque dejaron la vida que tenían hecha en Estados Unidos para venir a trabajar a México. No fue fácil. Al principio vivían muy cerca del metro Indios Verdes y un día dejaron tirado un cadáver en la esquina de su casa. En aquél entonces dormían todos en un solo cuarto. Eso es lo que le digo a todos los artistas: “¿Quieres llegar alto? Tienes que trabajar”.
¿Cómo transformó el mundo digital la música?
Las nuevas generaciones ya no escuchan discos, con trabajo oyen una canción y le cambian a otra. Antes se lanzaba un disco cada dos años; ahora, desapareces du- rante dos meses y todos se olvidan de ti.
¿Sólo te gusta el rock?
La música se divide en la que te gusta y en la que no, ya todos nos gustan cosas diferentes.
¿Por qué creaste tu propio sello discográfico?
La idea empezó cuando Enjambre firmó con EMI. Aprendí cómo funciona una disquera y sus contratos. Así nació “Discos Valiente”. Sólo firmo a las bandas que manejo, así tengo el control de todo y no espero la aprobación de tantas personas.
¿Nunca quisiste ser el rockstar en vez del hombre detrás del músico?
Soy un Rockstar (risas). Siempre quise ser músico, pero no me arrepiento de no haberlo sido. Veo cómo sufren Mon Laferte, Enjambre o Comisario Pantera, que no pueden ni salir a la calle, y a mí no me gustaría eso.
¿El manager también es creativo?
Claro, el 70% de los videos que hacen mis bandas parten de las ideas que propongo. Soy supernerd. Veo películas y leo libros de ciencia ficción y cómics.
¿Has pensando en dar un salto a lo internacional?
Me pasó con Albert Hammond Jr. Comisario Pantera abrió su concierto y a él le llamó la atención nuestra forma de trabajar. De pronto se acercó a mí y me dijo: “Anota mi celular”. Yo asumí que no pasaría nada, pero ese día en la madrugada empecé a recibir mensajes suyos, pidiéndome ayuda para futuras giras en Latinoamérica.
¿Sientes que el éxito te llegó joven?
En diciembre cumplí 30 años. Me parece increíble lo que he conseguido. Ha sido muy difícil. Se han metido a mi oficina a robar casi dejándome en bancarrota, pero hemos logrado superarlo.
¿Está satanizado el papel de manager?
Un poco. Cuando pasé de ser independiente a alguien con un poco más de reconocimiento, me dijeron que me había vendido.
¿Qué ha sido lo más absurdo que has escuchado acerca de ti?
Hace poco escuché que mi relación con Enjambre terminó porque yo les robaba dinero. Pero a diferencia de muchas oficinas, nosotros tenemos abiertos los contratos por si algún artista quiere hacer una auditoría. Hay mucha gente que asume que es mi deber apoyar a todas las bandas y no es así. Mi responsabilidad es desarrollar a mis artistas.
¿Existen mitos así en la cabeza de quienes desean triunfar en la música?
Me han tachado de mafioso, argumentando que yo he monopolizado los festivales, pero eso también es falso. Hay quienes dan por hecho que abrirle a una banda famosa o tocar en el Vive Latino es sinónimo de éxito. Lo realmente difícil es tener un escenario lleno y que las personas que te escuchen lo disfruten. Es más fácil echarle la culpa al manager.
¿Por qué triunfó tu agencia, Los Manejadores?
No quiero sonar pretencioso, pero creo que fuimos un pareteaguas de esta nueva industria. Fuimos los primeros en entender el nuevo modelo musical. A los management antiguos les costó trabajo adaptarse y eso hizo que les sacáramos ventaja.
¿Te duermes en tus laureles?
Nunca. El punto más importante en la vida es el conocimiento. Mientras más conozcas, mejor harás las cosas y no te quedarás en tu zona de confort. Es imposible ser perfecto.